Cómo enamorarse de la persona correcta y no morir en el intento...

Algo sobre mi...

Mi foto
Lectora fiel de Vogue y amante de los zapatos de tacón.Escritora a ratos.Bastante imperfecta.Ésta es mi historia y la vivo como quiero.

martes, 26 de julio de 2011

.

Me apetece estar con él, mirarle, pero que no me vea como lo hago, me apetece pensar que también me está mirando cuando yo no miro, me apetece sonreírle de manera sutil pero que le haga gracia. Me apetece poder rozarle, aunque tenga que parecer una caricia sin intención alguna, me apetece poder mantener nuestras miradas, divisándonos mutuamente durante una milésima de segundo.
Me apetece poder decirle: "¡Vámonos los dos solos!", me apetece cogerle de la mano y marcharnos, me apetece tenerle para mí, y entonces poder juntarnos, poco a poco, hasta que nuestras bocas estén separadas por apenas un suspiro y que su suspiro y el mío se junten y, entonces, poder fundirnos en un maravilloso y deseado beso.
Me apetece más que nunca llamarle, me apetece verle, me apetece decirle que cada vez me gusta más, aunque tenga cosas que puedan no gustarme, todos no somos perfectos, es más, nadie lo es.
Me apetece cogernos de la mano y pasear sin rumbo alguno, me apetece ver una puesta de sol abrazándonos, besándonos, acariciándonos, simplemente pasar el rato y darle mucho, mucho cariño. Demostrarle que podemos, demostrar a la gente que su opinión no importa, demostrar que somos más parecidos de lo que, tal vez, podamos parecer.
Me apetece que me veas como algo más que una amiga, que tú quieras que te apetezca lo mismo que a mí, que no tenga que ser siempre yo quien dé el primer paso para vernos, aunque luego seas tú quien lo de para besarnos.
Que quieras intentar algo y salga como salga y pase lo que pase nada cambie para peor, siempre para mejor.

Me apeteces tú.


M!

martes, 12 de julio de 2011

.




La desdicha, la exquisita tragedia, la Susan Hayward de todo esto. Puedo imaginarte ahí sentada sola con tu vestido de color lavanda, el pelo recogido y sin probar la tarta, seguramente tamborileando con tus uñas sobre el mantel blanco de lino como sueles hacer cuando te sientes realmente hundida. Puede que incluso mirándote las uñas y pensando Dios!tenía que haber parado todo este malvado complot para hacerme la manicura. Pero ya es tarde.
De pronto, una canción familiar y… te levantas de la silla con un movimiento exquisito, preguntándote, buscando, husmeando el aire como un ciervo moldeado, ¿acaso Dios ha oído tu pequeña plegaria? ¿Volverá a bailar cenicienta? Y entonces, de repente,  la multitud se aparta y ahí está él, elegante, con estilo, radiante de carisma. Curiosamente está al teléfono, pero en fin, tú también. Y él va hacia ti, con los andares de un gato salvaje, y aunque tú acertadamente sientes que es "gay", como lo son la mayoría de los solteros arrolladoramente guapos de su edad, piensas ¡Qué demonios!, la vida sigue.  Quizá no habrá matrimonio, quizá no habrá sexo, pero por Dios seguro… que habrá baile.

Me encanta esta película...
La boda de mi mejor amigo.

Que paséis buena semana...

Besos!

Bello,bello,bello...

M!

Archivo del blog